Que extraño parece todo ahora que no estás. Ayer fue ese día, ese día que sabía que tarde o temprano llegaría pues el calendario sigue su curso. Aparentemente era un día normal de verano con una rutina normal pero en el fondo era mucho más que eso, hace dos años que empezó una historia, hace dos años que los 26 de julios ya no serían para mi un día más en el calendario. Puede que ya no estés conmigo, que no seamos amigos ya que el destino tenía otros planes para nosotros pero, aquí, allá y donde quiera que me mande la vida, has sido, eres y serás muy importante, porque fuiste el único capaz de hacer que sintiera esas famosas mariposas en el estómago y eso no se olvida. El primer amor nos deja una huella que no se borra por nadie, vendrán amores nuevos, amores tristes, amores alegres, amores fuertes y tal vez amores de una noche pero esa huella siempre estará ahí porque la primera vez nunca se olvida.
No estoy mal, al contrario estoy feliz de haber sentido aquellas cosas, de haber sido capaz de amar pese a la distancia, eso me hace sentirme fuerte. Gracias a ti aprendí que la distancia no es un inconveniente cuando el sentimiento es verdadero.
Este año ha sido diferente, no habido te quieros, ni besos, ni risas, ni llantos, ni alegria, ni tristeza, este año ha sido un día más de verano, pero eso no evitó que me acordara de ti, es imposible no hacerlo, todo lo que significó ese 26 no se olvida, seguirá siendo significativo para mi pues como he dicho, el primer amor siempre deja huella.